
Originaria del inframundo, nacida hace tanto tiempo que ni ella lo recuerda muy bien, formando parte de la misma jerarquía que Lucifer y Belcebú y, junto con estos, la maldita trinidad. Durante mucho tiempo reinó en el inframundo junto a los otros grandes demonios mientras seducía a los humanos para que estos diesen parte de su alma a cambio de guiar a tesoros ocultos, dar respuestas a aquellas preguntas más complejas, inspirar a matemáticos y artistas o cambiar la línea del destino de estos.
Puesto que formaba parte de la maldita trinidad siempre dispuso de gran libertad para campar a sus anchas y hacer lo que quisiese por el inframundo, yendo donde quería sin dar explicaciones a nadie en cuanto a lo que hacía o dejaba de hacer. Durante un largo tiempo se dio a conocer como música elevando así su fama por aquel lugar así como atrayendo más mortales como nuevos adeptos en busca de ayuda. Con todo esto no tardó en convertirse en uno de los demonios más deseadas para contraer matrimonio, llegando finalmente a comprometerse con un duque del inframundo después de una larga insistencia por parte de este.
Si bien al principio parecía ir todo bien no tardaron en aparecer aquellos que se oponían a dicho matrimonio por celos pues ella suponía un ascenso fácil a la grandeza. De esta forma no tardaron en conspirar contra Astaroth para hacerla caer, maldiciéndola incontables veces hasta que un nuevo sentimiento surgió de su interior; la melancolía. Poco a poco este sentimiento fue cobrando fuerza hasta que Astaroth se convirtió en la representación de esta misma, haciendo que sus melodías estuviesen cargadas de este sentimiento que esparcía entre los mortales. No obstante, lo que los conspiradores no previeron, es que el gran poder del que disponía la pelirrosa terminó por volver aquel intento de acabar con ella en su contra, haciendo que estos cayesen en una melancolía que dio paso a la depresión antes de terminar en el suicidio de muchos. Ante este suceso hubo complicaciones con la preparación del matrimonio, haciendo que el prometido comenzase a sospechar de Astaroth y a alejarse de ella de forma que la melancolía de la misma fue en aumento y, por ende, afectando cada vez a más seres.
Tras un largo tiempo el matrimonio se anuló, haciendo que Astaroth perdiese los cabales y terminase atacando a su exprometido. Su idea era simple, acabar con su antiguo amante y después suicidarse para que aquel sentimiento desapareciese por siempre, no obstante, cuando apenas estaba a punto de matar al mismo, este aprovechó sus últimas fuerzas para maldecir a Astaroth a cambio de su vida. "-Te maldigo para que, a partir de hoy, vivas por toda la eternidad junto a tu melancolía y sufras hasta el fin de los tiempos.". Tras aquellas palabras el demonio sacrificó su vida y, junto al odio de aquellos que tenían en el punto de mira a la misma, conjuró una poderosa maldición que la alcanzó de lleno con sus defensas totalmente bajas.
Poco después de aquello Astaroth intentó suicidarse tal y como lo tenía planeado pero para su sorpresa le fue imposible; su cuerpo se regeneró con rapidez como si nunca le hubiese pasado nada. Ante aquello volvió a repetir su intento de suicidio una vez más, otra, y otra... Durante horas trató de acabar con su vida hasta que comprendió que no podría hacerlo pues ahora estaba destinada a la peor de las torturas: la vida. Por supuesto con el paso del tiempo siguió tratando de terminar con su vida de diferentes formas pero nunca obtuvo resultado, convirtiéndose así en un ser errante que esparcía su semilla de melancolía por el mundo aunque esto mismo hizo que, con el tiempo, su reputación volviese a subir convirtiéndola en un demonio respetado por todos los de su raza a la vez que temida.
​